sábado, 24 de noviembre de 2012

Furtivos (José Luis Borau, 1975)

En mi imaginación siempre he confundido esta película con "La Caza", de tal forma que ambas tramas se cruzaban y me imaginaba que en realidad existía una película que trataba de ambas cosas: varios cazadores en busca de conejos que se encuentran con una relación madre-hijo bastante malsana. Una vez vista, la confusión es totalmente justificada: hay muchísimos puntos en común entre ambas películas, aunque si bien la de Saura iba más hacia el simbolismo sobre los temas de la Guerra Civil y las dos Españas en la Castilla más árida, Borau y Gutiérrez Aragón hablan de la chunguez del mundo rural, ese mundo que rodea a los bosques. Pero con la misma cantidad de violencia, eso sí, y la misma progresión hacia la tragedia indefinida. Y esta vez, con culos y tetas.

El drama trata de un cazador furtivo que vive con su madre en una casa/hospicio perdida de la mano de Dios, en medio de un bosque con arroyos, ciervos, cepos, alambradas, lobos y perros salvajes y demás elementos del campo. En una visita a la ciudad conoce a una mujer que se le insinua de la forma más zorril, haciendo que éste se la lleve a casa y que aparte el lugar de su madre, quien no se toma demasiado bien esta intrusión. Y luego suceden más cosas que dan varios giros al drama antes de llegar a la inevitable catarsis violenta.
Sí, Lola Gaos. Sin duda es una película que gira alrededor de ella. Creo que no ha habido ninguna actriz que caracterizase mejor la tipa de pueblo cabrona (en "Mi querida señorita" su personaje no era muy distinto), y aquí mata perros a hachazos con toda naturalidad, destilando odio, formando un personaje muy verídico y muy complicado. Ovidi Montllor pone cara de palurdo, Borau hace de Gobernador que por un lado persigue la caza furtiva - conociendo que madre e hijo son cazadores furtivos pero pasándolo por alto, aunque ellos tienen que hacer el paripé - y por otro se pasa a comer siempre los guisos de la madre con sus amigos, guisos que vienen de la caza furtiva, por supuesto. Dejando "una miseria" a cambio.

El elemento que separa de forma más clara a "Furtivos" del resto de películas de las que se ha hablado aquí es el sexo. Sexo rural, sexo no bienvenido, sexo pecaminoso antes del matrimonio, sexo chungo en definitiva. Pero en espíritu es una vuelta a los mismos temas que se trataban en "La Caza" (con la que comparte un actor, Luis Merlo): las celebraciones sociales como algo forzosamente feliz que en realidad causa malestar, los sentimientos no expresados que desembocan en violencia, la falta de empatía y de entendimiento que sólo se puede resolver a hostias y escopetazos. De hecho aquí también se caza mucho, donde el papel de los conejos lo desempeñan los ciervos, con la misma cara de víctimas inocentes y seguramente el mismo papel metafórico.

Y no sería mucho más que esto si no contara esta historia bastante sencilla con la sequedad con la que lo hace, estampándote en la cara todos los elementos de un tardofranquismo enfermo, que dependía de una moral católica hipócrita donde el sentimiento de culpa sirve como excusa para perdonar cualquier falta o pecado, donde dentro de los muros de las casas pasaban cosas que no se contaban, que no se pensaban, que podían imaginarse pero luego se santiguaban evitando esos pensamientos pecaminosos.

 La comida y el alcohol también forman parte de la sagrada trinidad de la chunguez. Platos de cuchara, pan compartido y pellizcado y una botella de la que la madre bebe a morro mientras ofrece vasos y adorna los guisos conel mismo contenido. Pero no se le echa la culpa exactamente a eso, o "Furtivos" no va exactamente de esto... el contraste entre las escenas de ciudad y las de la casa sí que muestran lo que critica, que es un mundo rural que se ha dejado asilvestrar, donde se sabe que se cometen tropelías pero se permite. Los personajes se odian entre sí, se odian a muerte, pero lo dejan estar. Y mientras lo pagan con los mamíferos, claro.

 Recomendable entonces. Es una pena, por otro lado, que sea la única película por la que se recuerda al recién fallecido José Luis Borau, aunque el carácter de este hombre y lo loco de alguna de sus empresas casi lo justifique... en fin, que vuelvo a actualizar, que estoy en UK, y que me va de culo por ahora.

8 comentarios:

  1. Hombre que sea la única por la que se le recuerde.... ¿acaso hizo algo más que se pueda destacar?.

    Por cierto que el perro moría de verdad, vamos que la Gaos se lo cargó for real.

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  2. "Tata Mía" me hace bastante tilín,y tengo aquí "Hay que matar a B" que suena a exploit de Costa-Gavras bastante majo.

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  3. "Hay que matar a B" la he visto y es exactamente eso, peli conspiranoíca setentera, está bien.

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  4. Risingson Carlos,
    me interesa mucho el concepto que apuntas: la sagrada trinidad de la chunguez y he intentado concretizar esa imagen mediante tu artículo paro no lo veo claro. Podrías explicarme a qué te refieres exctamente con esa expresión?
    Me harías un gran favor
    muchas gracias

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  5. Hola! Gracias por recordarme que tenía este blog abandonado.

    Lo peor es que no lo recuerdo, pero sería: religión, represión (sexual y violenta) y comida. Tres cosas que están muy presentes en el cine español como pilares de todo el discurso.

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  6. y no recuerdas cómo se te ocurrió o de dónde sacaste la sagrada trinidad de la chunguez?Odea porqué trinidad? por la trinidad religiosa?

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