No creo que exista nadie que siga leyendo este blog en este momento, pero me he dado cuenta que, aunque mi estilo de análisis haya cambiado un poco (me dijo un amigo que tenía un poso notable del estilo de Micromanía y es cierto), y aunque me den vergüenza algunos de mis análisis (nada nuevo, llevo toda la vida pensando que mi yo de cinco años atrás era imbécil), es un blog que se referencia en estudios. En ensayos. Como si nadie hablase de estas películas. Como si fuera mi obligación hablar de ellas porque no existe nadie más que lo haga.
¿Por dónde empezar tras este hiato? Primero por agradecer la existencia de Flixolé. ¿Me gusta que siga teniendo casi todo el cine español una o dos personas y que lo hayan tenido secuestrado hasta no recibir una subvención importante? No mucho. Pero ahora mismo es una plataforma con una barbaridad de cine, incluyendo gran parte de las obras de Querejeta, en buena calidad y restaurado.
Una vez dicho esto: Garci. Es imposible no hablar de Garci cuando se habla de cine progre, principalmente esas tres primeras películas que hizo colaborando con José María González-Sinde. No parece que Garci las admire tanto como yo cuando habla de ellas, y seguramente sea por el sambenito de La Tercera Vía que tiene una connotación negativa que no lleva ni el destape, ni el simbolismo Querejeta ni la españolada de paletos en la ciudad tipo Cine de Barrio. Entiendo por qué: daban un poco la impresión de querer jugar a las dos bandas de mostrar destape o farsa a lo Arniches y querer el favor de los críticos sin decantarse por ningún equipo, pero personalmentre esas pelis de Dibildos y estas pelis de Sinde senior con Garci reflejan muy bien un momento concreto, unos personajes concretos y un ambiente concreto.
Pero Garci es principalmente un cineasta de ambientes y decorados, alguien que por mucho diálogo que haya en sus películas lo que quiere reflejar son instantes concretos a través del decorado y la iluminación. No me cabe ninguna duda de que si hubiera hecho ciencia ficción hubiera sido un cineasta como Ridley Scott, narrando a través de las marcas, calles, y arquitectura lo que sienten sus personajes y la sociedad. Esto se ve desde su primer largometraje (este de aquí) que, otra obsesión de Garci, adapta temas y formas norteamericanos a un entorno muy local, un Madrid muy específico, para hablar de los problemas de un tipo de burgués también muy específico. Hay bastante escrito sobre esto, creo yo, y sólo puedo confirmarlo: sí, Garci habla sobre la Transición en sus primeras películas y sobre lo que cuesta quitarse el peso de la Dictadura de encima.
Garci también es plenamente consciente de lo importante que es la carga pop para poder vender un producto, y "Asignatura Pendiente", como por otro lado casi todas sus películas, está llena de referencias explícitas e implícitas para llamar a gritos a cierta generación. Esto llega a ser un pelín irritante: están las canciones, está el namedropping de actores norteamericasos del Hollywood clásico... entiendo que forma parte de los miles de detalles que explican de dónde vienen los personajes (en el despacho del personaje de Sacristán hay una reproducción de El Guernica de Picasso, un par de chistes de Forges y determinados libros que se dejan ver como para que resulte algo dejado al azar...
Lo que ocurre es que todos estos temas se entremezclan sin tener demasiado claro qué es lo que mejor define la historia: si es el amigo encarcelado que sirve para mostrar el carácter más progresista del protagonista, si son los paseos que hacen ver que la relación entre los amantes funciona unicamente por el valor de la nostalgia, si es ... en este punto se me hace difícil escribir todo lo que pienso sobre "Asignatura pendiente", porque es muchas cosas. Es tercera vía, mostrando desnudos (una escena de ducha común que me parece muy tierna por otro lado). Es drama generacional, con ese pose de Hollywood con el que Garci siempre ha estado obsesionado (el uso de los diálogos grabados y doblados en postproducción lo acentúa). Es un retrato de un Madrid icónico que ya no existe, con cines cada pocos metros, multitud de coches, marcas y anuncios que ya no existen (todo esto, repito, temas también de la Tercera Vía). No se puede negar su peso nostálgico ni lo que se agradecen detalles como hablar del muy complicado paso a la Transición, pero también es una película donde Fiorella Faltoyano tiene la mejor interpretación y el personaje más interesante, engatusada por un ex novio que se dice cambiado al volverla a ver, pero que se adivina al final que es su forma depredadora de conseguir mujeres para llevarlas a su cama. Hay un transfondo que no me queda muy claro en el que se identifica la traición al matrimonio como una figura de derechas, y de hecho ese es el que pretende ser el tema de toda la peli: cómo compartimentalizar, o cómo juntar las ideas políticas progresistas con ser burgués y estar "atrapado" por la sociedad. En el caso de ella lo comprendo: atada por sus hijos, dependiendo de su marido pero ¿él? Él intenta presentarse como víctima de la sociedad y de sus ideales políticos cuando va confirmando poco a poco su carácter narcisista y manipulador.
Quizás esto es lo que más me falta de "Asignatura Pendiente": le falta un carácter realmente trágico al protagonista para que puedas pasar por alto una escena de borrachera que es algo vergonzosa (y que termina con él cogiendo el coche!) y multitud de machismos por su parte que ni siquiera se pueden justificar con la coyuntura espaciotemporal. Quedan los detalles circunstanciales, los decorados, y la increíble presencia de Faltoyano. Por mucho que la ausencia de sonido directo quede raro, hay emoción en cada caída de ojos. El personaje de Sacristán, un poco lamentablemente, es indistinguible del de tantas otras películas suyas.
Por último, es una película posterior a casi todo el cine tardofranquista pero en espíritu vive en el mismo espacio que las de Roberto Bodegas de Dibildos.
Aún se lee
ResponderEliminarYo lo leo, oiga.
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